Sobre mí
Soledad Tena
COACHING y desarrollo integral del individuo, para las personas con discapacidad física y enfermedades crónicas.
PERSEVERA Esta es la esencia de mi trayectoria de vida. Es el concepto que define las ganas de salir adelante, con una actitud dispuesta y positiva ante las dificultades de la vida. Como persona, aporto mi experiencia personal a lo largo de 30 años de convivir con una enfermedad crónica y todo lo que esto conlleva a nivel personal, familiar, conyugal, laboral… Como Coach, acompaño a las personas en la reflexión sobre sus circunstancias actuales y cómo avanzar positivamente en su vida, llegando a un objetivo claro y definido, aprendiendo y disfrutando del camino.
Certificada como Experta en Coaching Integral en ECOI Santander
Acreditada como Experta en Coaching Ejecutivo AECOP. Colegiada CA_95
Practitioner PNL en IPH
“LAS IDEAS PARTEN DE LAS PROPIAS EXPERIENCIAS VITALES DE LAS PERSONAS”
Tengo una discapacidad de 82% y una CAPACIDAD del 100%. Me defino como una mujer INDEPENDIENTE, saludable, activa y muy capaz de llevar a cabo mis objetivos. Mi pasión y labor como Coach, es acompañar a personas con enfermedades crónicas o discapacidad física a tener una mejor calidad de vida, haciéndose éstos, responsables de sus capacidades y aumentando y potenciándolas de manera que sus limitaciones no les impidan llevar una vida plena.
Si yo lo hice, Tú también puedes!
La idea surge de mi propia experiencia vital: Me acompaña una enfermedad crónica, llamada Lupus Eritematoso Sistémico (LES), detectada con 17 años, lo que supuso un drástico cambio en mi vida. Ni que decir tiene, que con 17 años toda tu vida está en plena ebullición. Se deciden y seleccionan tus amistades, los estudios que marcarán tu profesión y por ende, tu vida laboral en un futuro. También es el momento de “negociaciones con la familia”. Quieres salir más, sacar el carnet de conducir, definir tus gustos en cuanto a moda, música…un sinfín de circunstancias, que de repente, frenan en seco para dejar paso a tu nueva faceta: “Persona con enfermedad crónica degenerativa”, o más duro aún, lo que se decía entonces: “minusválida”.
En el momento de mi diagnóstico, la enfermedad de LES, era prácticamente desconocida y además, en mí, se manifestó de una manera brutal y agresiva, con lo cual, toda mi vida y mis propósitos se pararon ahí y me convertí en la marioneta de mi sistema inmunológico. Toda mi vida giraba en torno a hospitales, tratamientos extremos que desahuciaban cualquier posibilidad de normalizar mi vida…mi círculo social se iba cerrando y con ello, mis sueños y mis fuerzas para salir adelante. Por otro lado, la realidad de mi “enfermedad” en aquel momento, no tenía un futuro muy esperanzador. Cada vez empeoraba más y más y me convertí en Víctima de mi propio YO. Así durante unos años en los que lo único que cabía en mi pensamiento eran las lamentaciones y el enfado con el mundo y la vida en general. Con tanto tiempo para pensar (mi mala salud me impedía trabajar), empecé a darme cuenta que mi estado físico mejoraba cuando yo me sentía más animada emocionalmente. Hice algunas pruebas con este descubrimiento, conscientemente, y cuando confirmé la teoría, empecé a llevarlo a la práctica. Comencé por pulsar de nuevo la tecla “ON” de mi mente. Entonces MI VIDA EMPEZÓ A CAMBIAR. Consistía en plantearme un objetivo: Quería ser INDEPENDIENTE. Esto me obligaba a mejorar físicamente y para llegar a ello, necesitaba pensar diferente, confiar en mi capacidad y mirar hacia adelante. Automáticamente, todas las demás funciones del teclado comenzaron a encenderse: nutrición, ejercicio físico, pequeños hábitos que interactuaban con mi nuevo estado mental: ACTITUD POSITIVA ANTE LA VIDA. Cuando tus pensamientos cambian, también lo hacen tus emociones y en consecuencia, tu organismo. Por lo tanto, si tomas una actitud positiva y dinámica, tu organismo se torna saludable, o por lo menos, menos atorado de lo que estaba. Es pura química que se torna mágica. La enfermedad, se instala en nuestro cuerpo, y nuestra mente. Quizá no podamos desinstalar lo que afecta al cuerpo, pero sí lo que afecta a nuestros pensamientos, y creedme, el cuerpo mejora sustancialmente cuando tus emociones se equilibran.
Ahora que he pasado de los 45 años me siento satisfecha de que el proceso, aunque duro y autodidacta, haya sido tan enriquecedor y sorprendente. Tanto es así, que pienso que nunca hubiera llegado a conocer el potencial con el que cuento y que sin embargo estuvo ahí siempre, y si no hubiese sido por las circunstancias adversas que me llevaron a esta búsqueda de autoconocimiento, quizás no tendría la oportunidad hoy por hoy, de hacer lo que realmente me gusta, con el bagaje de años de experiencia, que no es más que ayudar a que otros contemplen las inmensas posibilidades y caminos para transitar por la vida, de la manera más cómoda, accesible y provechosa para cada uno de nosotros.